"La incertidumbre me invadió al principio de este viaje como Mentor. ¿Estoy haciendo un buen trabajo? ¿Cómo voy a dar lo mejor de mí? Eran algunas de las preguntas que surgieron. Una vez que tuve a la estudiante asignada y comencé a trabajar con ella, resultó que aprendí aprendiendo de ella. Sí, aprendí que siempre hay una razón para seguir adelante; que si se tiene el deseo y el compromiso de seguir adelante, es posible, independientemente de las dificultades que puedan estar a nuestro alrededor, como la familia, el dinero, la sociedad, los amigos entre otras excusas que buscamos para justificar nuestra situación actual. La forma en que se expresó y la euforia con la que me contó sus metas y sueños, generó en mí un mayor compromiso para continuar con lo que había iniciado, ser mentor en Camino Seguro."

Para conocer el resto de la historia del voluntario guatemalteco Rony, siga leyendo. Para leer la versión en español, vea aquí.

A lo largo de la vida conocemos a un gran número de personas. Al conocer a estas personas, cada una de ellas hace una pequeña aportación a nuestra vida; de nosotros depende tomar la decisión de aceptar el regalo que viene sin empaquetar, a esto lo llamamos experiencias. Cada una de las experiencias es única y de gran importancia; de cada una de ellas tenemos la oportunidad de aprovechar y tomar lo bueno que aprendemos de ellas para ser una mejor versión de nosotros mismos.

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con una situación más de una vez? Lo más probable es que varias veces, y tal vez no hemos prestado la debida atención en esas situaciones y debemos estar atentos a eso; ¿quién sabe si detrás de esa situación hay cientos de experiencias por descubrir? Hago esta pregunta ya que este fue mi caso; pues más de una vez conocí Camino Seguro a través de charlas de conciencia social, algún curso en la Universidad o por conversaciones con otras personas altruistas. La primera vez que conocí el proyecto, admiré a su fundadora Hanley Denning por su compromiso y tenacidad, su dedicación a los niños y jóvenes que sobreviven de su única fuente de ingresos, el basurero municipal de la ciudad de Guatemala.

Luego, la segunda y la tercera vez que me enteré del proyecto, no cabe duda de que hasta ese momento, mi interés había ido creciendo poco a poco. Permanecer como espectador es cómodo... hasta cierto punto.

El cúmulo de energía y ganas de formar parte de esta familia generó en mi persona la decisión de hacer un cambio (que en ese momento consideré minúsculo). Así que tomé mi computadora y revisé por primera vez el sitio web Camino Seguro , pues debo decir que toda gran acción comienza con pequeños pasos. Ese pequeño paso me permitió saber de qué manera podía formar parte del equipo, ser parte del cambio de toda una comunidad de forma inmediata con resultados a corto y largo plazo. Al revisar esta página web, mi visión se amplió; aprendí que hay más de una forma de apoyar y servir, sólo es cuestión de tomarse un par de segundos y observar lo que podemos ofrecer porque todo, TODO ayudará: las ideas, el conocimiento, las donaciones, el tiempo, y ahora en esta era digital, los likes, compartir tal o cual publicación, etc. Podría seguir enumerando un gran número de acciones que nos permiten contribuir a este gran proyecto.

Poco tiempo después, el reto de actuar se hizo cada vez más real para mí; la oportunidad de unirme al equipo había llegado. Junto con uno de mis primos, Erick, nos embarcamos en esta nueva experiencia. Ambos sabíamos que, como todo en la vida, un nuevo comienzo iba a ser complicado, pero que valdría la pena. Nuestra iniciación comenzó con una entrevista para poder darnos a conocer y determinar cuál sería la mejor área donde nuestras características encajarían y tendrían mejores beneficios.

Una vez que formé parte del proyecto, conocí a gente muy diversa, cada uno muy bueno en lo que hace y, sin duda, estaba donde debía estar. Trabajar con otros voluntarios añadió nuevos puntos de vista, desarrollando nuevas habilidades y generando nuevas ideas sobre cómo empezar con el pie derecho en el programa del que había elegido formar parte, el Programa de Mentores. Las incertidumbres me invadieron al principio de este viaje como Mentor. ¿Estoy haciendo un buen trabajo? ¿Cómo voy a dar lo mejor de mí? Eran algunas de las preguntas que me surgieron. Una vez que tuve a la estudiante asignada y comencé a trabajar con ella, resultó que aprendí aprendiendo de ella. Sí, aprendí que siempre hay una razón para seguir adelante; que si se tiene el deseo y el compromiso de avanzar, es posible, independientemente de las dificultades que puedan estar a nuestro alrededor, como la familia, el dinero, la sociedad, los amigos entre otras excusas que buscamos para justificar nuestra situación actual. La forma en que se expresó y la euforia con la que me contó sus metas y sueños, generó en mí un mayor compromiso para continuar con lo que había iniciado, ser mentora en Safe Passa

Mi tiempo como voluntario en Camino Seguro ha sido muy útil, todos ganamos. Los jóvenes de la comunidad, con el apoyo de cada uno de los voluntarios y del equipo en general, están creciendo no sólo académicamente, sino también profesionalmente mientras son acompañados en procesos importantes como la selección de una universidad, carrera, o el inicio de un primer trabajo; estos son algunos de los privilegios y responsabilidades que tanto los jóvenes como los voluntarios enfrentan. Por otro lado, los voluntarios aprendemos desde muchos puntos de vista, crecemos académicamente junto a los estudiantes, revisando y actualizándonos dentro de la formación y el material de vanguardia, humanamente al conocer las metas y visión de cada uno de los jóvenes, y al interactuar con la comunidad Camino Seguro .

Estoy totalmente seguro de que si usted forma parte de esto, de cualquier manera que pueda apoyar, la experiencia también contribuirá y añadirá a su vida de una manera extraordinaria.

Y por último, el aporte más importante se hace a la comunidad del basurero y al desarrollo de una nación a través de la educación, rompiendo ciclos de pobreza y abriendo nuevas puertas que contribuyen a formar mejores ciudadanos, mejores profesionales y mejores seres humanos. Formar parte del proyecto y de la familia Camino Seguro me permitió saber que las decisiones que tomé no fueron tardías ni precipitadas; fueron en el momento y la forma correcta ya que hay más de una forma de hacer las cosas. Todo reside en las decisiones y acciones que tomamos.

Ahora te pregunto, ¿qué decisión vas a tomar a continuación? Cualquiera que sea, recuerda elegir la que te llene de experiencias y contribuya positivamente a tu vida y mejor aún si contribuye a la vida de alguien más para sumar cambios positivos y generar mejores personas para un mejor futuro.