Recientemente hablamos con Phil, un antiguo colaborador de Camino Seguro, que vive en Maine. Es amigo de Camino Seguro desde 2004 y ha visitado nuestro campus en Guatemala tantas veces que ha perdido la cuenta. De hecho, estaba previsto que volviera a visitarnos el año pasado, pero COVID-19 hizo que sus planes cambiaran, como nos ocurrió a muchos de nosotros.

Además de su continuo apoyo, Phil también ha cambiado directamente la vida de dos estudiantes a través de nuestro programa de apadrinamiento. Su primera aventura como padrino fue con Iris, que tenía 7 años cuando empezó a apadrinarla. Ya se ha graduado, pero los dos siguen en contacto. Phil se enorgullece de informar que Iris está ahora en la escuela de medicina, con una beca a través de nuestro socio Shared Beat. Le va increíblemente bien y pronto empezará a trabajar en un hospital local para obtener su título de médico.

Después de que Iris se graduara, Phil empezó a apadrinar a otro estudiante llamado Zuly. En sus palabras, "no está moviendo montañas pero está cambiando una vida", una de las razones por las que no dudó en apadrinar a un segundo estudiante.

Zuly asiste a nuestra escuela intermedia de jornada completa(Básico), y ahora está en 9º grado, que es el último nivel de grado que añadimos a nuestro programa este año, y es la culminación de nuestra visión para nuestra escuela. Phil entiende lo importante que es para Zuly completar sus estudios hasta el 9º grado. Así tendrá más posibilidades de entrar en el Diversificado, donde sólo el 10% de la población guatemalteca tiene un título.

Phil se mantiene en contacto con frecuencia y sabe que sus ánimos ayudan a Zuly a ir bien en sus estudios. Una vez que esté a salvo, Phil dice que está deseando volver a visitar a Zuly en el campus.

Phil ha seguido apadrinando durante los últimos 17 años porque ve el impacto que su apoyo y su estímulo tienen en las vidas de estos estudiantes.

Si desea ayudar a cambiar la vida de un estudiante, considere la posibilidad de convertirse en padrino hoy mismo.